De acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) se refiere al desarrollo físico, cognitivo, lingüístico y socio-emocional de los niños y niñas de 0 a 5 años, e integra distintos aspectos relacionadas con la salud, la nutrición, el aprendizaje, la educación, el apoyo familiar, así como la atención a la protección y bienestar social, que una niña y niño requiere desde que nace hasta los primeros años de la escuela primaria.1
El nacimiento marca el inicio del proceso del desarrollo infantil e integra cambios psicológicos y biológicos que culminan con la adolescencia.2 Estos cambios abarcan el desarrollo físico, el desarrollo del lenguaje y la comunicación, las habilidades cognitivas y las habilidades socioemocionales. El desarrollo infantil es un proceso acumulativo, por lo cual la falta de desarrollo en un momento crítico de la vida impacta de manera permanente en el individuo afectando su bienestar.
El desarrollo del cerebro inicia desde el útero y continúa hasta casi hasta los 15 años de vida. Durante los primeros 2 años la formación de sinapsis (conexión neuronal) de los circuitos sensoriales como la visión, el tacto y audición culminan, y las áreas y circuitos relacionados al lenguaje y a las funciones cognitivas superiores continúan desarrollándose.

¿Qué es el DIT?

Dentro de los circuitos sensoriales de la infancia temprana se encuentran los circuitos cerebrales del estrés, que afecta la salud física y mental, el aprendizaje y la conducta, por ello el valor que tiene un cuidado parental y no-parental de calidad es central.

Diverso estudios han demostrado que los cuidados cálidos y las adecuadas prácticas de estimulación, generan un efecto positivo en el desarrollo cerebral, al favorecer el incremento de las conexiones y patrones neuronales; sin embargo, cuando el niño experimenta descuido profundo y prolongado en la infancia temprana, se observa menor coeficiente intelectual, con habilidades verbales y matemáticas pobres, así como conductas antisociales, problemas físicos y mentales en la vida adulta.5-7
Entonces, ¿qué determina el desarrollo cerebral? Por una parte la influencia genética (naturaleza) y por otra parte la influencia ambiental (crianza). Esto es, los estímulos que provienen de la experiencia son los responsables de encender la maquinaria genética de las neuronas para el establecimiento de distintas funciones en las diversas regiones del cerebro.

Durante la infancia temprana ocurre entonces el desarrollo de tres circuitos claves: el Circuito Sensorial, que tiene una función central en el desarrollo del lenguaje; el Sistema Nervioso Autónomo: controla aspectos como la tensión arterial y la respiración; y el eje Hipotálamo-Pituitaria-Corteza Adrenal, que regula la memoria, las afecciones cardiacas, la conducta y problemas como la diabetes, además de tener efectos sobre la cognición y las emociones. Estos circuitos tienen su momento de mayor plasticidad y maleabilidad durante la temprana infancia.
Figura de la pág. 90 BID

Se ha demostrado que invertir en la Primera Infancia, reduce la inequidad, promueve la escolaridad, reduce la criminalidad y los embarazos adolescentes, promueve la salud y conductas saludables, y genera a largo plazo un mayor capital humano.4 Por lo que, el fortalecimiento de acciones en favor del óptimo desarrollo Infantil temprano tiene un impacto importante en el desarrollo del país.

En Un Kilo de Ayuda, a través del Modelo Integral para el Desarrollo infantil Temprano (MIDIT), realizamos acciones que buscan impactar en el óptimo Desarrollo Infantil Temprano de los niños en México. Priorizando nuestro trabajo en los niños pequeños y en las mujeres embarazadas.

Con el MIDIT se promueve el cambio de conductas a través de talleres y consejería que generan conocimientos e incrementan habilidades y capacidades en los padres o cuidadores, favoreciendo su interacción con las niñas y los niños, mediante prácticas de estimulación temprana y de crianza, como parte del Programa de Desarrollo Neurológico y Psicoafectivo, en el que se incluye un tamizaje de neurodesarrollo, para la identificación de niñas y niños con posible riesgo en las áreas del desarrollo infantil: motor, lenguaje, cognitivo, social afectivo e independencia de los niños.

A través del Programa de Desarrollo Físico, se registra peso, longitud y talla, se diagnostica y brinda tratamiento oportuno para anemia por deficiencia de hierro y se promueve la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y alimentación complementaria, con el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años de vida.

Finalmente mediante el Programa Desarrollo Comunitario realizamos un diagnóstico para identificar los determinantes del Desarrollo Infantil Temprano, como: carencia de alimentos, acceso a servicios básicos y características del hogar. Promovemos el acceso y disponibilidad a alimentos frescos, sanos y nutritivos, a través de la producción de alimentos a nivel local, con modelos agrícolas pecuarios comunitarios y familiares sustentables. Adicionalmente, procuramos la generación de entornos favorables mediante la construcción de baños ecológicos secos, acceso a agua con sistemas de captación de agua de lluvia, fuentes de almacenamiento y sistemas de potabilización y purificación de agua, sistemas de tratamiento de aguas grises y la construcción de estufas Patsari para el ahorro de leña y la disminución en la emisión de contaminantes en el interior de los hogares.
Solo logrando que el Desarrollo Infantil Temprano en México sea una prioridad en las agendas políticas podrá alcanzarse la plenitud de capacidades de la niñez mexicana y a su vez contribuiremos al desarrollo del país.

Bibliografía.
1. Desarrollo infantil temprano en México: Diagnóstico y recomendaciones. Banco Interamericano de Desarrollo 2013.
2. Fernald, L. C., P. Kariger, P. Engle y A. Raikes. 2009. Examining Early Child Development in Low-Income Countries: A Toolkit for the Assessment of Children in the First Five Years of Life. Washington, D.C.: Banco Mundial.
3. Mustard F, Young M. ¿Qué es el Desarrollo Infantil?. Memorias del foro: “Primera Infancia y desarrollo. El desafìo de la década”.
4. Berlinski S, Shady N. Los primeros años. Los primeros años. El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas. Banco Interamericano de Desarrollo. 2015 ISBN: 978-1-59782-230-5
5. Weaver, I. C., N. Cervoni, F. A. Champagne, A. C. D’Alessio, S. Sharma, J. R. Seckl, S. Dymov, M. Szyf y M. J. Meaney. 2004. “Epigenetic Programming by Maternal Behavior.” Nature Neuroscience 7(8) (agosto): 847–54.
6. Rommeck, I., K. Anderson, A. Heagerty, A. Cameron y B. McCowan. 2009. “Risk Factors and Remediation of Self-Injurious and Self-Abuse Behavior in Rhesus Macaques.” Journal of Applied Animal Welfare Science 12(1): 61–72.
7. Nelson, C. A., N. A. Fox y C. H. Zeanah. 2014. Romania’s Abandoned Children: Deprivation, Brain Development, and the Struggle for Recovery. Cambridge, MA: Harvard University Press.
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